En Macbeth, la configuración monstruosa del protagonista propone la discusión entre destino
y libre albedrío: por momentos el protagonista parece hipnotizado por las brujas, como si
estuviera paralizado en su capacidad de pensar con claridad; pero en otros momentos (las
reflexiones morales en varios apartes y soliloquios) se hace evidente un control de sí mismo,
como si Macbeth nunca perdiera por completo la capacidad de tomar sus propias decisiones.
Las brujas pueden entenderse como fuerzas mágicas “externas” (demonios que conspiran y
actúan sobre la realidad material) o como símbolos de la confusión moral interior, el lado
enfermo, monstruoso, de todo ser humano.
En este marco general, la obra presenta más preguntas que respuestas en cuanto al
verdadero poder de las fuerzas del mal: ¿cuál es el papel del destino?, ¿tiene culpa quien no
puede gobernarse a sí mismo?, ¿es tan poderoso el poder de las brujas o Macbeth consiente
su dominio? En este trabajo, profundizaremos en estas y otras duplicidades y paradojas
aparentes que propone Shakespeare en esta pieza teatral. Sostenemos que la estructura
fundamental de la obra y su apertura de sentidos se construyen precisamente a través de
esas dialécticas inconclusas.
Este es el blog de las asignaturas Literatura Europea I y II de la carrera de Profesorado en Letras de la UNJu. Ambos espacios curriculares proponen como abordaje una visión del trasfondo histórico y de las perspectivas socio-culturales, políticas y artísticas sobre las que se proyectan las literaturas europeas.
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